El entrenador de Blooming, Sergio Apaza, tomó por el lado de la xenofobia y los prejuicios las críticas a su labor al frente del equipo celeste, que apenas pudo ganar uno de los cinco partidos de la temporada, cuatro de la Copa AeroSur y uno del torneo Apertura.
Dijo algo así como que algunos los periodistas cruceños están acostumbrados a ver "blanquitos y no negritos" dirigiendo a la Academia y que por ese motivo se empezó a rumorear que podría ser el próximo en dejar el cargo.
Si algo hace bien Apaza, es hablar. Habla hasta por los codos, y cuando una persona habla demasiado, se equivoca con mayor facilidad y en mayores proporciones que otra que parlamenta menos. Acá ingresó en un terreno inapropiado con un afán de convertirse en víctima de xenófobos (¿aprovechando el momento crítico que vive el país, quizás?), cuando en realidad se dice algo que no se puede ocultar y que tiene que ver sólo con el fútbol: Blooming juega mal desde que él lo dirige.
Apaza podrá pedir paciencia, tiempo para trabajar y que los jugadores entiendan su idea, más días y partidos para que el plantel se conozca mejor (hay varios nuevos, es verdad), pero que no diga que hay golpes bajos cuando en realidad el que los está dando es él al distorsionar las cosas, demostrando una falta de autocrítica que roza la soberbia.
El entrenador fue elogiado y criticado, en determinados momentos, porque es parte responsable de lo positivo y lo negativo de sus equipos. Simplemente eso.
* Foto El Deber
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