Víctor Hugo Antelo es una persona transparente, sincera, frontal, tanto en el fútbol como en la vida. Siempre para adelante, nada de dobleces ni medias tintas. A él, que siempre va al frente y de frente, lo terminaron liquidando de contragolpe.Tucho lo entiende el fútbol de esa manera, por eso sus equipos no son calculadores ni especulativos, van siempre al frente, arriesgando, porque él, como buen goleador, considera que la verdad está en el arco contrario, en la búsqueda constante del gol. Esa generosidad termina siendo su principal verdugo.
Quizá su error, en una apreciación muy personal, sea que no considere que un partido de fútbol tiene diferentes momentos y que un equipo debe estar preparado para afrontarlos de la mejor manera. Que hay momentos en los que se puede atacar sin pausa, pero que también hay otros en que lo necesario es, justamente, la pausa. Asimismo, que el medio campo es clave como generador de juego, pero que también lo es como avanzada defensiva; y que una defensa fuerte y sólida es tan necesaria como un ataque letal.
Tucho, creo, tiene un par de materias pendientes para convertirse en un entrenador indiscutido: mejorar el funcionamiento defensivo de sus equipos (relevos, movimientos en bloque, etc.) y serenidad para realizar los cambios que sean necesarios.
* Foto El Deber
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