The Strongest comenzó mal el torneo liguero y está último en la tabla de promedios del descenso. Perdió sus dos primeros partidos, el domingo pasado con Universitario, en Sucre, y ayer frente al recién ascendido Nacional Potosí, en condición de local. Peor, imposible. ¿Qué pasa con el Tigre? ¿Cuál es la causa de sus males? ¿Es el Huevo Toresani el culpable de este pobre arranque? o ¿Este presente tiene su origen en un pasado que no sentó buenas bases para encarar el futuro? Todo tiene que ver. The Strongest es un club que va de crisis en crisis y no termina de encontrar una paz institucional que le permita diseñar y armar un plantel que con un poco de tiempo y paciencia pueda recuperar el protagonismo perdido. Toresani llegó a un equipo conformado por muchos jugadores nuevos que se tienen que adaptar a lo que es el Tigre. La mayoría carga con culpas ajenas, o sea, con fracasos que no son suyos. A los hinchas no les importa si son ellos o fueron otros los que llenaron las alforjas de frustraciones, y exigen resultados ¡ya! El entrenador argentino cayó mal al periodismo paceño por su carácter confrontador, es criticado porque no realiza autocrítica y siempre busca excusas a los contrastes. The Strongest perdió ayer porque no fue contundente y pudo recibir más goles porque su defensa dio muchas ventajas. Su equipo no muestra solidez y se desordena con facilidad. Le falta un volante central con presencia, que Limberg Gutiérrez se ponga bien para aportar su talento y que los delanteros sean más contundentes. The Strongest necesita tiempo y paciencia, algo que en estos tiempos escasea en todos los clubes, mucho más cuando las cosas no andan bien.* Foto La Prensa
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