Wilstermann le puso color al hexagonal liguero, porque rompió la monotonía y los pronósticos al conservar un liderazgo y asumiendo un protagonismo que nadie le auguraba y que por ello, seguramente, sorprende a propios y extraños. Su excelente campaña dejó de ser una casualidad o un golpe de suerte en el inicio del certamen para convertirse en un desempeño con sustento, que tiene que ver con la aplicación de un equipo que sabe de sus limitaciones, la confianza adquirida con los buenos resultados, el plus que le aportan Sanjurjo y Raimondi con fútbol y goles, y la buena labor del entrenador Eduardo Villegas, que transmite serenidad.
Para los aviadores también es importante la tranquilidad y seguridad de Daniel Vaca en el arco y el crecimiento futbolístico de un incansable batallador como Maximiliano Andrada, convertido en una rueda de auxilio para el mediocampo y la delantera con su solidaridad y despliegue.
Con su triunfo ante Bolívar, Wilsterman marcha viento en popa y el futuro le sonríe. Si no se equivoca de local y suma algún punto más de visitante podrá lograr lo que muy pocos creían que era capaz de conseguir.
* Foto Los Tiempos
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