Bolívar repitió una muy mala tarde ante San José y quedó casi sin posibilidades de ganar el torneo Apertura. Cayó ante un equipo que no acertaba una y que, de pronto, resucitó de la mano de su mejor jugador, el argentino Cristian Díaz.
Bolívar tuvo en Díaz a su verdugo, autor de los cuatro goles orureños, aunque en realidad empieza a ser víctima de su endeblez futbolística, de la carencia de un espíritu de equipo y de una notoria ausencia de mística.
La academia paceña tiene plantel para mucho más, sin embargo, el colombiano Santiago Escobar no logra sacarle provecho a las importantes individualidades (para el medio nacional) que tiene bajo su mando. Es un equipo frágil defensivamente, sin mecánica de juego.
El otro grande de La Paz, The Strongest, repitió su costumbre de promesas y traiciones al igualar con Wilstermann en el Hernando Siles. Tras un par de resultados favorables, dejó escapar la inmejorable oportunidad para meterse de lleno en la disputa por el título.
Wilster rescató un punto que lo mantiene con expectativas, aunque, al parecer, hace una semana que perdió el tren que lo llevaba a la conquista del torneo.
* Foto diario La Patria de Oruro
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