No camina bien el ring pero tiene buena pegada, dirían los expertos en boxeo si tuviesen que definir a Blooming tras la goleada dominical ante Real Potosí.
Es que los celestes cometieron errores conceptuales, se equivocaron en algunos tramos del partido, se complicaron solos, pero solucionaron sus problemas a punta de golpes demoledores que liquidan a cualquiera que no esté siempre en guardia, atento en defensa.
Todo lo hizo fácil gracias a que recuperó a dos de sus noqueadores, el Negro Castillo y Akerman, dos que no perdonan, uno con una clase que parecía perdida y el otro con la velocidad de un rayo.
Por eso no importó que le costara elaborar juego en la primera parte del cotejo, que se durmiera en el comienzo del segundo tiempo, le arrebataran la pelota y el dominio del encuentro y le acortaran la ventaja.
Con el par de noqueadores que tiene arriba y la floja defensa del rival, Blooming se armó un festín y sacó una pequeña ventaja en el tope de las posiciones.
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