Diego Armando Maradona cumple 50 años, hoy. Un día especial porque se trata, nada más y nada menos, de uno de los personajes de la historia, y para muchos el mejor futbolista de todos los tiempos.
Controvertido fuera de las canchas, admirado dentro de ellas, idolatrado por su magia y sus éxitos en el fútbol, detestado por su arrogancia en la vida cotidiana. Con Maradona no hay ni habrá términos medios.
Genio y figura, qué duda cabe. Maradona fue el jugador más hábil y talentoso que vi en mi vida, un malabarista inigualable al que también admiré por su temple, su actitud ganadora y respeto por el adversario dentro de la cancha.
Bolivia fue uno de los tantos países que visitó en su extensa carrera. Estuvo por acá cuando era un juvenil de 19 años, a poco de haberse consagrado campeón mundial juvenil, en Tokio, Japón, en 1979. O sea, hace treinta años. Fue en enero de 1980, para disputar dos partidos amistosos, uno en La Paz, ante Bolívar, que acabó en triunfo de su equipo, Argentinos Juniors, por 3-1 (anotó un gol de penal), y otro en Santa Cruz, frente a Oriente Petrolero, que concluyó con otra victoria de los "bichos colorados", esta vez por 1-0.
Un pequeño homenaje para quien nos deleitó con su fútbol en Argentinos Juniors, Boca, Nápoli y el seleccionado argentino.
* Ilustración: portada del suplemento deportivo de La Nación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario