Lo positivo en el amargo domingo, fue que el equipo azucarero tuvo una ostensible mejoría en relación a su actuación con Oriente Petrolero. Atacó mucho más, generó situaciones de gol. Demuestra que tiene vida, entusiasmo y que en cualquier momento se le abrirá el arco contrario.
Guabirá necesita un definidor. Incorporó a Milton Coimbra, que sin ser un goleador por excelencia, le puede dar potencia ofensiva y, asimismo, ayudar a superar el déficit que complica la vida a los entrenadores: el gol.
Ricardo Lunari tiene mucho por hacer, especialmente en el sector defensivo, donde las coberturas son deficientes, la falta de atención una constante y existe una tendencia al desorden. Claro que todo sería más fácil para el técnico argentino si le consiguen un central veloz para cuidar las espaldas de los demás integrantes de zaga.
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