Blooming, sus jugadores y el director técnico, apeló al manual de excusas para intentar justificar su pobre actuación en la victoria frente a Nacional Potosí, que le dio el pase al hexagonal.Que la cancha del Tahuichi está en mal estado, que están acostumbrados a un campo impecable en su sede social y que les afecta la diferencia, que se sabía que el partido iba a ser difícil, que Nacional se jugaba la vida, que todos los partidos son complicados, que lo importante era clasificar, bla, bla, bla. Pretextos y más pretextos.
La realidad indica que Blooming deja mucho que desear. Comete errores defensivos (el arquero y la defensa fallaron una vez más (y van....), sus laterales marcan mal), abusa del pelotazo por falta de control en el mediocampo, sus volantes trasladan demasiado, les cuesta ganar en el mano a mano, chocan permanentemente, y no muestra movimientos colectivos ni ideas a la hora de atacar.
Lo llamativo es que no se nota una preocupación por un estilo más atildado que le permita tener mayor claridad en su juego. A nadie le molesta que por momentos juegue a los "ponchazos" y que cada jugador termine haciendo la suya. Por eso deja mucho que desear a la hora de jugar.
Así está Blooming y ésa es la razón por la cual le cuesta ganarle a cualquier rival, incluso a uno débil como Nacional Potosí. Le pueden sobrar ganas, pero le falta fútbol, o sea, tratar mejor la pelota, tener orden y asociarse más para defender y atacar. Si no cambia, le queda poca vida en el hexagonal.
* Foto El Deber
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