Damián Akerman le hizo honor a su apellido de súper héroe de comics o serie televisiva, y tal Súperman, Batman o Acquaman, surgió en ayuda de un Blooming que necesitaba de alguien que le diera una mano para ser semifinalista. El argentino de apellido alemán emuló al Súper Ratón de la historieta de los años 70, potente, ágil, vivaz, escurridizo, hizo valer su oportunismo y anotó temprano el gol que le hacía falta al equipo celeste para sacarse de encima al incómodo Real Potosí, que lo tuvo a maltraer al apoderarse de la pelota durante el primer tiempo pero que aflojó en el complemento.
Después del gol de Akerman, Bloming fue una lágrima futbolística, volvió a ser el equipo sin rumbo en el mediocampo, incapaz de dar dos pases seguidos y administrar la pelota con tranquilidad, tal como en anteriores partidos. Lo salvó la falta de profundidad del cuadro potosino, que tuvo mucho la pelota pero no lastimó en ataque.
En la segunda etapa mejoró un poco con el ingreso de Vieira, se afirmó en el mediocampo y controló los accesos a su arco, impidiendo que Real Potosí lograra el gol que le hacía falta para clasificar.
Así ganó Blooming, enemistado con la pelota, a la que maltrató todo el partido, y con el aporte de su héroe de historieta, el Súper Ratón Akerman.
* Ilustración de aquellosaños80y90.blogspot
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