Wilstermann, uno de los fundadores y gran animador de la Liga casi siempre, lucha con alma y vida para quedarse donde está.
Ayer superó un escollo durísimo, evitó el descenso directo y empujó al abismo a Nacional Potosí. No se salvó del todo, porque debe disputar el indirecto con el subcampeón de la Copa Simón Bolívar, que se conocerá en casi dos meses, pero lo importante es que continúa con posibilidades de salvarse y depende de sí mismo.
En esta prueba de vida o muerte futbolística que tuvo en la víspera, Wilstermann sacó lo que le queda de equipo grande y superó al dueño de casa mostrando confianza y actitud ganadora, seguridad y temple.
Nacional no soportó el peso del rival, fue aflojando hasta quedarse sin los recursos anímicos y futbolísticos necesarios para salir de la situación complicada en la que acabó metido. El partido se volvió insostenible para los potosinos, que claudicaron inmersos en un mar de impotencia.
Wilstermann dio un gran paso y se aferra a la Liga, sin embargo todavía está parado en la cornisa, al borde del abismo.
* Foto La Prensa
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