Bolivia fue la imagen de la desilusión en la antepenúltima etapa de su despedida de las eliminatorias. Abandonada por el público, fue la triste imagen de un equipo derrotado de antemano que no opuso resistencia a un Ecuador que se impuso (3-1) hasta con un cierto dejo de indiferencia).
La Selección boliviana fue distinta en todo sentido a la que se presentó y perdió, aunque por poco, frente a Paraguay hace unos días. Esta, la de ayer, tuvo un sistema y una estrategia diferente y también otra actitud a la que actuó en el estadio Defensores del Chaco. El problema es que cambió para mal, no para bien.
En el Hernando Siles se vio una selección desanimada, sin capacidad de reacción ni voluntad para hacerlo, integrada por jugadores con más ganas de estar en otra parte que en el encuentro. Vale de muestra lo que ocurrió de entrada. En los cinco minutos iniciales, Ecuador le hizo un gol y se perdió un par.
Bolivia no cayó por más goles porque Ecuador no se lo propuso. Cuando el visitante aceleró a fondo, aumentó las cifras. Hasta le cedió la iniciativa para no desgastarse y ni así el seleccionado nacional consiguió adueñarse del partido.
Bolivia se fue de la cancha silbada por el público paceño, que pidió la renuncia de Erwin Sánchez una vez más. Un final conocido para un equipo al que las eliminatorias se le convirtieron en un vía crucis.
* Foto La Prensa
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