Bolívar y Oriente se perdonaron la vida. Uno de los dos podría haber quedado prácticamente eliminado del hexagonal si hubiesen aprovechado las situaciones de gol que se les presentaron, pero no lo hicieron.
Da la impresión que Oriente salió mejor parado con el resultado, es cierto, por el punto y el gol que le brinda un plus al ser de visitante. Puede clasificar ganando o incluso igualando sin apertura del marcador.
Sin embargo, el albiverde dejó con vida a un equipo complicado, teniendo la posibilidad de liquidarlo porque le había otorgado ventajas defensivas que no brinda siempre. No sólo que no le dio la estocada final, sino que le permitió llegar el empate.
Fue una tarde rara, porque ninguno jugó bien. Bolívar tuvo una tarde para el olvido, mala, y Oriente tampoco fue un dechado de virtudes, prueba de ello es el arquero Galarza fue la figura. O sea, jugando mal, Bolívar casi le gana. Por eso debió liquidarlo y no lo hizo.
La revancha está para cualquiera y no hay favorito, así Oriente ingrese el miércoles al Tahuichi con el boleto en la mano.
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