Marco Antonio Etcheverry asumió ayer como director técnico de Oriente Petrolero, dando inicio a una nueva etapa en la entidad albiverde tras el paso sin éxito del entrenador argentino Pablo "Vitamina" Sánchez.
Si la experiencia del Diablo será larga o corta, sólo Dios sabe. Sánchez se hizo cargo del equipo refinero con la ilusión y la intención de tener una gestión más o menos duradera, lo mismo que en su momento Buenaventura Ferreira y Tucho Antelo, y terminaron yéndose antes de lo previsto porque no los acompañaron los buenos resultados.
Etcheverry llega a un club con urgencias, que viene de fracaso en fracaso, y que últimamente dejó escapar dos torneos seguidos que parecían estar al alcance de la mano, con el plus negativo de no haber podido ganar los clásicos clave ante Blooming, el último con una derrota que caló hondo, provocando el adiós de "Vitamina" y su posterior arribo. Por todo esto, no sobra la paciencia, los plazos son cada vez más cortos, y mayores las exigencias.
La apuesta de los dirigentes de Oriente es arriesgada, ya que en su pasado como entrenador sólo muestra una corta experiencia al frente del Aucas de Ecuador y su paso por el seleccionado cruceño Sub-18, con el que obtuvo el título nacional el mes pasado.
Ahí está el Diablo, en un ambiente similar al averno, caliente, en el que se puede quemar cualquiera. El tiempo dirá si salió indemne o terminó sus antecesores.
* Ilustración tomada de revistalamalapalabra.blogspot
1 comentario:
Mala apuesta la de Oriente. El Diablo no tiene carácter para empezar. Lo primero que se debió hacer es botarlo al cretino de Galarza, ya regaló dos títulos y tres clásicos.
Saludos, te leo a diario, buen blog.
E.S
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