
Asimismo, se dice que el fútbol es un estado de ánimo, pero resulta que La Paz FC vivía un pésimo momento dentro y fuera de la cancha, por malos resultados que derivaron en la renuncia de su entrenador, el paraguayo Miguel Sanabria, y la crisis económica del club (les pagan tarde, mal y nunca...), sin embargo ganó con todas las de la ley.
Quienes estaban en pie de guerra permanente (paros y amenazas de huelga en protesta por falta de pago, despidos, etc.) disfrutan un momento de paz y le contagiaron la crisis, no la alegría, a su oponente, el Tigre de Achumani, que de golpe y porrazo pasó de una euforia inicial de buenos resultados a un estado de alerta por la pérdida de puntos en cancha y en mesa (por lo de los cinco extranjeros) en forma consecutiva.
Así es el fútbol. Parece una simpleza y una obviedad, pero es la verdad. The Strongest se dejó madrugar y terminó amargado, como si hubiese caído sobre sí la maldición de Sísifo, obligado a volver a empezar cada vez.
* Foto La Prensa.
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