lunes, 27 de junio de 2011

EL MÁS GRANDE

Hoy, lunes, me siento extraño por el descenso de River, el más grande del fútbol argentino, sin dudas.
Pienso en lo sucedido ayer y se me vienen a la cabeza muchos recuerdos futboleros y familiares, no sé por qué, quizá por la nostalgia de tantos momentos tan lindos vividos gracias a mi querido River Plate.
Es que River forma parte de mi vida desde que empecé a hojear los diarios y revistas argentinas con apenas tres o cuatro años, sin saber leer, cuando todavía vivía en Yacuiba. Ahí empecé a familiarizarme con el mundo River, a memorizar nombres, a reconocer jugadores, a admirar a Amadeo Carrizo, a Pinino Más, a Daniel y Ermindo Onega, a Artime.
En 1968 nos vinimos a Santa Cruz, pero todas las vacaciones viajaba a Yacuiba para compartir con mi abuela y el resto de la familia. Estando ahí, visitábamos, casi todos los días, a mis tíos y primos que vivían en Pocitos argentinos, y aprovechaba para ponerme al día con el fútbol argentino y, en especial, con River, ya que uno de ellos era (es) boquense y fiel lector de El Gráfico.
La revista Goles, El Gráfico y las figuritas me acercaron, de alguna manera, a los grandes jugadores de los años 70: el Beto Alonso, el Pato Fillol, el Puma Morete, Dominichi, Vitrola Ghiso, Luque, Mostaza Merlo, Ramón Díaz y también a Jota Jota y el propio Passarella, hoy co responsables, en parte, de este momento desgraciado.
Después, siendo más grande y ya dedicado al periodismo, llegó la época de los Francescoli, Salas, Ortega, Crespo, Aimar, Saviola, etc., etc. Eso fue distinto porque uno vive las cosas con más ilusión y fantasía siendo un chico.
Uno se sentía orgulloso de River por su estilo, su tradición y su historia, más allá de triunfos o derrotas, porque contaba siempre con grandes jugadores, salía a ganar e intentaba jugar bien al fútbol.
Incluso, una de mis grandes satisfacciones como periodista fue haber formado parte, como comentarista, de una transmisión por radio para Santa Cruz de un River-Boca, que se disputó en el estadio Monumental, hace unos años.
Hoy, a la distancia, siento impotencia y bronca al ver que entre unos cuantos dilapidaron el club, lo llevaron a la bancarrota, y, lo que es peor, le quitaron identidad, la mística ganadora que lo distinguía del resto, por manejar mal la economía, elegir mal los entrenadores y llenarlo de jugadores mediocres. 
Mi sentimiento siempre fue genuino y está a prueba de todo. No me importó que estuviese 18 años sin ser campeón, como tampoco me importa que ahora esté donde está. ¡Aguante River!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran blog. Felicidades

Anónimo dijo...

y bueno a veces pasa a los grandes... pero lo que mas me preocupa es ver como los periodistas se hacen hinchas de un club EXTRANJERO y no asi de uno nacional (segun muchos por ética) y asi queremos cambiar el futbol nacional creciendo, mirando, sintiendo y alabando lo de afuera que contradicción.
siento mucho que tu club haya descendido amigo periodista.

pedro guzman juarez

Fito dijo...

Nice post