
Hace tiempo que cortó una incómoda racha adversa ante la academia, llamada “paternidad” por los hinchas, término hiriente para unos y un orgullo para otros, y últimamente son muchas más las alegrías que las tristezas cada vez que enfrenta a su clásico rival.
The Strongest volvió a festejar luciendo un funcionamiento más solido que su adversario y apoyado en la contundencia de jugadores que resultaron determinantes, el paraguayo/boliviano Escobar y el colombiano Reina.
Bolívar sigue siendo víctima de la falta de una mecánica que le otorgue mayor consistencia y de las intermitencia de sus jugadores. Además le jugó en contra la expulsión de Flores. El volante, que no distingue entre garra y violencia, entre fuerza y agresión, perjudicó a los celestes.
The Strongest ganó un partido importante por la trascendencia que tienen los clásicos, porque le impide a Bolívar que le dé alcance ganando sus dos partidos pendientes, y porque es un buen inicio de la segunda rueda.
Merecido triunfo. El Tigre demostró que, en este momento, le hace honor a su nombre, es el más fuerte.
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