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sábado, 15 de agosto de 2009

¿BOICOT?

Un lector de Onceaonce nos escribió para contarnos que corre el rumor entre los barra bravas de Blooming que lo ocurrido el martes pasado ante River Plate de Montevideo, fue orquestado por un sector de estos grupos en represalia porque la dirigencia no permitió el ingreso de un par de sus integrantes al clásico ante Oriente Petrolero.
Transcribo el mensaje: "Jaime (...), solo quería decirte algo que me llegué a enterar por medio de algunos barras del sector de Los Chiflados. Extraoficialmente se dice que lo de River fue planeado por la Banda 46, que le pagaron e indujeron al muchacho ese (que invadió la cancha y agredió al jugador de River) para que hiciera lo que ocurrió y lo peor de todo es que eso iba a pasar esté ganando o perdiendo Blooming. Todo a raíz del último clásico, la dirigencia no intercedió para que pudieran ingresar Marcelo e Israel, jefes de la Banda 46. Por eso fue la represalia y el boicot que hicieron".

Grave, de ser verdad. El caso tendrá que ser investigado por las autoridades correspondientes, quienes, tengo entendido, también cuentan con denuncias similares.
El tema barra bravas va pasando de castaño a oscuro en Santa Cruz. Cada vez surgen más elementos para darse cuenta que en esos grupos hay gente peligrosa que debería tener prohibido el ingreso a los estadios de fútbol.

Foto El Deber

jueves, 13 de agosto de 2009

AMARILLISMO

Los medios locales dieron rienda suelta al sensacionalismo con lo ocurrido en el partido Blooming-River Plate de Montevideo, que, como se sabe, tuvo un inesperado y lamentable final por la invasión y agresión de un espectador a un jugador del equipo uruguayo.
Pareciera que algunos consideran que exagerar es informar mejor, y que buscar culpables es ser más "objetivo", olvidando que con ese tipo de periodismo se convierte en cultor del sensacionalismo, también conocido como amarillismo.
¿Qué es el sensacionalismo o amarillismo? Según el
Departamento de Comunicación Social del Consejo Episcopal Latinoamericano, en un artículo del comunicador social Erick Torrico, es: "Periodismo poco objetivo, que exagera con titulares, fotografías o textos las noticias de escándalos, sucesos sangrientos o morbosos y noticias de interés humano".
Una cosa es informar, reflejar los hechos con rigurosidad, y otra muy distinta es exagerar, utilizar el sensacionalismo. Tal como hicieron algunos primero con el tema de la cancha del estadio Tahuichi, y después con el lamentable episodio del martes.
¿Acaso no corresponde que sean los encargados de evaluar y sancionar (los dirigentes de la Conmebol) quienes tomen las determinaciones que correspondan, en lugar de convertirse en acusadores, jueces, y cazadores de brujas?
Los diarios de Uruguay dan un ejemplo sobre cómo tratar las noticias, siendo uno de sus clubes la parte afectada, informando sin distorsionar ni exagerar, sin tomar parte, teniendo cuidado al brindar datos
recibidos a la distancia.
¿Un ejemplo? Aquí va una parte de lo publicado por el diario El Observador hoy:

¿TENÍA UN CUCHILLO?
Los medios de comunicación de Santa Cruz de la Sierra dijeron que el individuo, que fue arrestado por la Policía, portaba un cuchillo, y reportaron lanzamiento de objetos al terreno de juego una vez decidida la suspensión del encuentro.

Al ver las imágenes de la televisión se nota que un objeto cae al piso en el momento de la agresión aunque no logra identificarse qué es.


miércoles, 12 de agosto de 2009

¡QUÉ IMBÉCIL!

La estupidez de un idiota que invadió la cancha y agredió a un jugador de River Plate de Uruguay en pleno encuentro, le arruinó la noche a Blooming.
Uno no termina de entender la reacción de este individuo porque el encuentro se desarrollaba con normalidad y en las tribunas la gente estaba tranquila, disfrutando del partido, apoyando a un Blooming que se encontraba en desventaja inmerecidamente tras un grosero error de su arquero Jemio, y trataba de empatar.
Pero, ya lo dijo Albert Einstein: Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
¿Los policías? Bien, gracias. Mirando el partido como siempre. Listos para ingresar al campo de juego, y, en muchos casos, golpear, si un jugador quiere faltarle el respeto al árbitro o alguien del banco de suplentes realiza un reclamo fuera de lugar.
Ni modo, son víctimas de su incompetencia. Quedó demostrado una vez más (y van...) que no están preparados para cumplir su tarea. Lo primero que hacen es lo que no deben hacer en una cancha, miran el partido y le dan la espalda a la tribuna.
¿Qué queda? Enjaular a las bestias que no entienden que el fútbol no deja de ser nunca un juego en el que se puede ganar, empatar o perder, o prohibirles la entrada, y, de una vez por todas, preparar a los policías para que dejen de ser las agresivas e ineficientes estatuas que "adornan" las canchas de fútbol.

* Foto El Deber.