Blooming no puede salir de su crisis. Sumó una derrota más, esta vez ante Aurora, que le complicó mucho más el panorama en el torneo Apertura, ya que tiene mucho menos margen de error en su carrera hacia la próxima fase. El problema es que perdió seguridad defensiva y no tiene capacidad de gol, y en el fútbol si no se está bien en las áreas, la propia y la contraria, no hay presente ni futuro alagüeño, porque se termina siendo vulnerable e inofensivo. La defensa funciona muy mal individual y colectivamente, no tiene coordinación y además adolece de liderazgo, lo cual aumenta sus fallas.
En ataque, las causas tienen que ver con las ausencias de los argentinos Sillero y Ackerman, por lesión. La alternativa de José Alfredo Castillo no ofrece ninguna solución.
La inseguridad defensa y la falta de potencial ofensivo tienen que ver también con el funcionamiento del mediocampo, que tampoco genera juego ni mantiene un orden porque también carece de un conductor.
Carlos Aragonés aún no le encuentra la vuelta. El feriado de Semana Santa le dará un respiro para pensar las cosas con mayor claridad y tratar de armar un onceno que intente cambiar la historia.
* Foto El Día
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