Blooming consiguió ayer, ante Wilstermann, lo que necesita de manera imperiosa, ganar, para salir del fondo, respirar un poco de aire fresco, aliviar tensiones y alistarse con ánimo para lo que viene, una especie de vía crucis futbolero.
Sin embargo, fue un triunfo con una actuación que no merece elogios porque la manera de jugar de este Blooming “made in Chavo Díaz” no respeta la historia de un club que se ganó un lugar en el fútbol cruceño y nacional no sólo a pulmón, sino apelando al buen gusto.
Ayer, Blooming fue efectivo en el primer tiempo, lapso en el que logró los dos goles que le dieron el triunfo, con un penal logrado por el argentino Almirón y una buena definición de Salinas.
En el segundo tiempo fue la caricatura de lo que seguramente pretenden sus hinchas y le exige su pasado, un tanto lejano, distanciado a años luz de aquellos equipos celestes ofensivos, de buen trato de pelota y rebeldía futbolística.
Este equipo de Díaz cruzó apenas un par de veces la media cancha y generó sólo una ocasión de gol en todo el segundo tiempo, se dedicó a aguantar, indefenso, el asedió de un Wilstermann, que para fortuna celeste fue inoperante.
Blooming estuvo a merced a los aviadores porque no presiona ni quita una pelota en el medio, sólo retrocede a la espera de que el rival se equivoque, incapaz de triangular, de manejar la pelota, de asociarse y pararse firme. Entre el golero Vaca y el uruguayo Ithurralde evitaron que la estantería se venga abajo y mantuvieron el arco el arco en cero.
El Chavo Díaz volvió a dar chance a jugadores que hace tiempo demuestran que no están para jugar por su bajo rendimiento (Loaiza, Gómez…) y se niega a dar oportunidades a jugadores jóvenes desde el principio, por lo menos para intentar variantes desconocidas que puedan ayudar a modificar la pobre realidad celeste.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero a veces vale la pena realizarlas. Eduardo Villegas se anima en la Copa Libertadores con juveniles con muchachos como Wayar y Castro, antes con Soliz y Chumacero, y muy mal no le va…
Para Blooming, ganar dos partidos seguidos de local fue muy importanto, pero pueden convertirse en un veranillo pasajero si no mejora, ya que se le avecinan tormentas: The Strongest en La Paz, San José en Oruro, Guabirá en Montero….
A este Chavo los dirigentes le tienen mucha paciencia, pero no estaría mal que le digan que a Blooming su historia le exige no sólo ganar, sino jugar de otra manera, con un poco más de gallardía y vergüenza.
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