Oriente y Guabirá quedaron con un mal sabor por el empate de ayer entre ambos, encuentro que tranquilamente pudo haber tenido como ganador al equipo visitante.
A Oriente le quedó un gusto amargo al dejar escapar dos puntos en casa que lo frenen en su intento de acercarse a los líderes, porque apenas pudo empatar y con un penal que llegó tras una falta discutida y polémica en el área del cuadro rojo.
A Guabirá no le valió nada ser azucarero porque también terminó compartiendo el sabor amargo al haber desaprovechado la oportunidad de ganar y empezar a tomar impulso en la segunda rueda para salir del fondo en los promedios y ubicarse mejor en la tabla del Clausura.
Alvaro Peña plantó en cancha un equipo seguro de sí mismo, decidido, concentrado, que le peleó sin complejos el partido a Oriente. Guabirá se paró firme y lo tuvo en jaque todo el primer tiempo con un buen desempeño colectivo, en el segundo tiempo aflojó pero igual pudo haber ganado.
Táctica y estratégicamente también fue bueno lo de la primera parte para los azucareros. Ríos y y Torrico tapando y ganándoles las espaldas a los laterales albiverdes en sus proyecciones, los volantes presionando lejos de su arco y apoyando en ataque.
El Oriente del uruguayo Tabaré fue la contracara, un equipo sin ideas, indeciso, desorientado, con individualidades por debajo de su nivel, inseguro en defensa, nublado en el medio y con escaso poder ofensivo, que se dejó llevar por delante por Guabirá.
La inclusión de Duk le aportó presencia arriba y, junto al uruguayo Martínez, fue referencia y alternativa de ataque, como opción para el juego aéreo.
Guabirá lo tenía en sus manos el triunfo, pero se quedó un poco al final, y Oriente presionó hasta que llegó a la igualdad de la mano de la polémica.
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