Bolívar, el más copero de todos los bolivianos y uno de los más coperos del continente, como buen sibarita, se fue otra vez de copas, pero esta vez alargó la juerga.
Sorbo va, sorbo viene, y ya está en semifinales, con la ilusión y convicción de llegar mas lejos en este mítico certamen sudamericano, como es la Copa Libertadores de América.
Dejó a Lanús a un lado en cuartos, como antes lo había hecho con los renombrados Flamengo, Emelec y León, dos veces, para meterse en las semifinales de un torneo que le es familiar por la cantidad de participaciones (30), y en el que además ocupa el octavo lugar en la tabla histórica de asistencias y puntajes.
Bolívar volvió a ser el Bolívar de otros tiempos, recuperó la mística de equipo ganador que mostró en distintas décadas y empezó a transitar esta versión de Copa Libertadores de América con aplomo, tras superar un arranque inseguro, y comenzó a escribir esta historia de manera distinta, con triunfos y empates valiosos que alegran a todo un país.
Mucho tiene que ver Xabier Azkargorta en ese cambio, del equipo inseguro y desorientado a este que reboza confianza y seguridad, porque recuperó a un plantel de jugadores importantes que ayudaron a construir esta ilusión.
El zapatazo espectacular del uruguayo Ferreira en el partido de ida en Lanús y la gran jugada de Yecerote que culminó el Conejo Arce grafican lo que es Bolívar, un equipo solidario en el que todos aportan, desde el arquero, pasando por el lateral y terminando en los atacantes.
Se viene San Lorenzo, el equipo del papa Francisco, en semifinales, pero para referirse a ello habrá tiempo de sobra, porque se jugará después de la Copa del mundo, a fines de julio. Ahora, a disfrutar lo conseguido hasta la fecha.
Bolivia festeja con Bolívar, el sibarita. ¡Salud!
*Foto diario Jornada
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