Blooming se estrelló contra su realidad y le dijo adiós a la Copa Sudamericana anoche en Montevideo.
Salió a la cancha del estadio Centenario condenado de antemano por la estupidez de aquel individuo que agredió al jugador de River Plate en el Tahuichi Aguilera. El 0-3 con que lo sancionó la Conmebol era irremontable.
Pese a ello, trató de vender cara su eliminación. Salió a jugar de igual a igual, intentó atacar siempre, tuvo un par de ocasiones para pasar al frente en el marcador, y al final River lo liquidó de contragolpe.
Pero resulta difícil ganar cuando un arquero no brinda garantías y genera inseguridad permanente, cuando dar dos pases seguidos es casi una utopía, y cuando quienes tienen la chance de definir se equivocan frente al golero rival.
Blooming fue una víctima de todo esto en una semana llena de pesadillas. Por eso quedó al margen de la Copa Sudamericana en la primera fase una vez más.
* Foto La Prensa
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