lunes, 4 de junio de 2012

DEL “ROBO” AL MEA CULPA

estadioRafael-Mendozala-puertas-cerradas-atencion_LRZIMA20120604_0004_3El árbitro y sus errores son siempre un buen pretexto para cargarle a terceros la responsabilidad de las derrotas. Pero no es lo más saludable porque nos puede alejar de la realidad.
El ecuatoriano Intriago no sancionó dos penales que pudieron haber cambiado la historia de un mal partido del equipo boliviano. Vaya uno a saber si es verdad que todo hubiese sido diferente.
Algo que no podemos negar es que pocos, muy pocos, jugadores aprobaron el examen el sábado. Más allá del supuesto “robo”, Bolivia no jugó bien.
Daniel Vaca no trasmitió seguridad, al contrario, desde un principio se mostró dubitativo.
Cristian Vargas alternó aciertos y errores en su juego enredado, caótico por momentos. No se proyectó nunca y defensivamente tampoco fue prenda de garantía.
Luis Méndez no logró mantener el orden defensivo, ni tuvo la prestancia necesaria para resolver los problemas de la zaga. Muy irregular.
Ronald Rivero, lento en sus reacciones, inseguro en la marca, cometió muchos errores, uno de ellos originó el primer gol chileno.
Luis Gutiérrez cerró una pobre tarde provocando su expulsión por una acción infantil, absurda. Demasiado lento para proyectarse y retornar a su posición defensiva.
Walter Flores, solo, vulnerable, fue superado en número y también por la habilidad de los chilenos cuando estos avanzaban con pelota dominada.
Alejandro Chumacero, mucha voluntad y poca efectividad. Se la pasó corriendo sin sentido en un puesto importante es el encargado de aportar equilibrio.
Pablo escobar, de los más flojos en ofensiva. No gravitó y desperdició una gran ocasión de gol. Lejos del jugador que en el torneo local es un peligroso atacante.
Jhasmani Campos, individualista, propenso al pelotazo, no cumplió el rol de organizador, y desaprovechó las mejores situaciones de gol.
Juan Carlos Arce fue el único que realizó una buena tarea. Impuso su habilidad y gestó varios ataques que sus compañeros desaprovecharon.
Ricardo Pedriel fue un elemento decorativo. Participó muy poco del juego y no generó peligro. Le dio la razón a Quinteros que había señalado del partido que no se había adaptado a la altura (¿Por qué lo puso?).
Augusto Andaveris exigió más que Pedriel con la voluntad que lo caracteriza, pese a jugar poco.
Alcides Peña gravitó mucho más que Pedriel en el poco tiempo que estuvo. Se asoció y encaró, algo que no hicieron ni Campos ni Escobar.

No hay comentarios: