viernes, 1 de febrero de 2013

CUENTAS PENDIENTES

BloomNDOBlooming no acierta una en este momento. Todo le sale mal cuando le urge que las cosas le salgan bien para tratar de salir de su crítica situación institucional.
Si las cosas no andan bien fuera de la cancha, andan peor adentro, porque los jugadores no encuentran el rumbo futbolístico que ayude a paliar con éxitos la crisis económica.
Los dirigentes les deben plata a los jugadores, un par de sueldos que los tienen a los futbolistas con la cabeza en otra parte, pero estos también tienen cuentas por saldar, le deben a los hinchas, resultados y buen fútbol, deuda que está tan atrasada como la otra, la de los directivos.
Blooming perdió nuevamente de local, anoche, esta vez ante Wilstermann. Es la segunda caída en casa y la cuarta derrota en cinco encuentros que lo relegaron al antepenúltimo lugar, con apenas tres unidades.
A la academia todo le salió mal desde el principio. El franco argentino Bargas, antes héroe por sus goles, hoy villano porque falla hasta los penales. Marró uno al principio, tirando la pelota afuera.
Blooming remontó momentáneamente la derrota pero no tuvo sustento futbolístico ni anímico para sostener el resultado y Wilstermann se lo dio vuelta, facilitado por un equipo que se defiende mal.
Néstor Clausen no le encuentra soluciones a los problemas y Blooming se desmorona. Ahora, al igual que los jugadores, empezó a hablar de lo que le adeuda el club.
Hoy, los sueldos atrasados son una excusa y razón de mal rendimiento y malos resultados, pero lo cierto es que este equipo está en deuda con su gente hace mucho tiempo.

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