El fútbol paceño re revitaliza con su cantera. Empezaron a aparecer jugadores nuevamente y logra algo que le cuesta bastante, renovarse con jugadores propios.
De tanto en tanto surgen, como para recordar que no todo esta perdido, como dice la canción, y que es cuestión de prestar un poco de atención y brindar apoyo a los chicos que sueñan con ser futbolistas.
Como ocurrió con el “Fiero” René Rada y Ramiro Blacut, dos talentos de los 60; luego Ramiro Castillo y su hermano Iván, en los 90, el goleador Joaquín Botero después, y Alejandro Chumacero hace un par de temporadas.
Blacut y Rada antes, “Chocolatín” Castillo después, no solo apuntalaron el fútbol paceño, a Bolívar y The Strongest, también dieron su aporte a la selección nacional, como lo hace Chumacero.
“Chumita”, siguiendo los pases de Blacut y Castillo, dio el gran salto tras dejar su impronta en The Strongest y se fue al Brasil con su fútbol lleno de energía y entusiasmo para militar en el Sport Recife.
Hoy aparece Jaime Arrascaita como antes Jeison Siquita, desde Los Yungas. El tiempo dirá hasta donde llegan, pero Arrascaita sorprendió gratamente en sus primeros partidos en el primer equipo de Bolívar.
El fútbol paceño, nutrido en los últimos tiempos por la cantera tarijeña (Suárez, Cardozo, Espíndola, Soliz…), da señales de vida propia con estos jugadores.
Dependerá de los entrenadores para consolidar estas saludables apariciones, del respaldo que les brinden para que no sean golondrinas pasajeras o gitanos del fútbol que van de equipo en equipo en procura de minutos en cancha.
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