No todo lo que brilla es oro. Bolívar, el puntero desde hace varias fechas y hasta hace unas horas firme candidato al título, no es lo que parece, un equipo confiable, sino todo lo contrario.
El que crea que la academia paceña es un equipo sólido y regular en su rendimiento, se equivoca totalmente, porque justamente es un onceno endeble e irregular, que puede perder con cualquiera y en cualquier cancha, incluso en la suya.
Bolívar tenía hasta hace un par de fechas la vía prácticamente expedita para sumar una nueva estrella, sin embargo fue dilapidando una importante ventaja y el, a priori, favorable fixture, poniendo en riesgo su consagración.
Ayer igualó a con Real Potosí sufriendo bastante. Iba perdiendo y al final empató. Pudo ganar pero también pudo perder con el equipo de la Villa Imperial, que también tuvo chances claras para imponerse en el estadio Hernando Siles.
Ahora Bolívar tiene a San José con el aliento en la nuca, a sólo un punto, y a The Strongest y Wilstermann y poco más atrás, con posibilidades de arrebatarle el título.
Ante tanta irregularidad, todo es posible, hasta que a Bolívar se le queme el pan en la puerta del horno.
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