Blooming estuvo cerca de quedar al margen de la Copa AeroSur. Se salvó en los shoot out. Fue como ir a desquite o, mejor, a reforzamiento, para estar un tanto a la moda con el léxico estudiantil actual.El equipo de Sergio Apaza no fue el mismo del anterior partido con Oriente, especialmente, con aquel de la segunda etapa. Esta vez no pudo ejercer el control del mediocampo, careció de un conductor-organizador, y, además, fue poco profundo en sus ataques. Todo tiene relación, es cierto.
Los problemas de Blooming empezaron con la ausencia de "Pocho la pantera" Vieira, lesionado, y la elección de su reemplazante. Apaza eligió a Marco Andia, un volante de recuperación por uno de creación que es casi un delantero. Lucha en lugar de talento. Esto obligó a que Pimenta juegue más arriba y terminó aislado, con escasa participación, sin socios para tocar la pelota.
En el banco quedó otro talentoso, Carlos Sabja, de buen manejo y preciso en las entregas, que recién fue tomado en cuenta en los descuentos, cuando se avecinaba la definición por shoot out. A esto se sumó la merma en la actuación de Chávez, Gómez y Robles (¿sintieron el trajín del anterior clásico?), en relación al lunes.
Mientras el partido estuvo cero a cero, no se notó mucho esta (¿equivocada?) decisión del entrenador de priorizar la obstrucción por sobre la creación. Cuando estuvo en desventaja, ahí sí se sintió la falta de generadores de juego, de pasadores entre líneas, para alimentar a un solitario Boyero al que casi todo le llegaba por arriba y en forma dividida.
Al final el árbol les tapó el bosque a muchos. Ganó Blooming, todo fue alegría para los celestes de color naranja, y disimuló esta discutible determinación de Apaza.
*Foto internet
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