viernes, 30 de enero de 2009

ORIENTE MURIÓ DE ANSIEDAD

Oriente fue eliminado de la Copa AeroSur porque no supo controlar su ansiedad por lograr la victoria, por el apuro de liquidar el partido cuanto antes, perdiendo de vista que las victorias requieren de una elaboración porque el rival también juega y opone resistencia.
Bolívar aprovechó el mal refinero para conseguir un resultado generoso, que obtuvo en base a su esfuerzo para frenar el desenfreno ofensivo de Oriente. Aguantó como pudo con la solidez que le aportan Schiapparelli y Tordoya en la zaga central y se benefició de la falta de serenidad para definir.
El equipo albiverde mostró anoche, como en los clásicos ante Blooming, todos los síntomas del trastorno de ansiedad: nerviosismo, inquietud, impaciencia, dificultad para concentrarse e irritabilidad. Esto baja desde la tribuna, pasa por en la banca de suplentes, donde está el cuerpo técnico, y termina en cancha.
Los jugadores reclaman todo y discuten de todo (entre ellos, con los contrarios, con el árbitro), se apuran en todo, desde un lateral hasta un saque de meta, y terminan a los pelotazos, buscando un cabezazo salvador desde los inicios del segundo tiempo.
Tucho Antelo con sus cambios "ofensivos" que acaban restándole poder de ataque. Sacó a Arce para sumar a Castillo con Cuéllar (y luego a Coimbra), pero se olvidó que el "Conejo" era quien debía desbordar y meterles la pelota al área. La suma de dos de área terminó restando profundidad y peligro.
Los hinchas pasan del aliento al insulto con una facilidad tremenda. Primero se la agarran con el árbitro, luego con los rivales, después con sus jugadores y, finalmente, con el entrenador, que es casi siempre el cabeza de turco.
Con esta ansiedad no hay esquema ni buenos jugadores que valgan. Si Tucho no consigue poner paños fríos y convencer (y convencerse) que, por lo general, los partidos necesitan un trabajo para ganarlos, a Oriente le puede ir mal.

*Foto La Prensa

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