lunes, 22 de septiembre de 2008

BLOOMING, DE PRINCIPIO A FIN

Blooming mucho más que Oriente y se quedó con el clásico. Lo superó en el plano colectivo e individual, lo controló bien en su zona defensiva, lo ahogó en el mediocampo y le asestó dos golpes de nocaut en el primer cuarto de hora del segundo tiempo, de los cuales no se pudo recuperar.
El cuadro de Gustavo Quinteros hizo como aquellos boxeadores con mucho oficio, pacientes para lograr su objetivo, que "ablandan" poco a poco a su rival, que le minan sus fuerzas golpe a golpe, que se adueñan del combate con su persistencia, y que al final lo liquidan con un par de golpes certeros.
Blooming fue más en el primer tiempo sin sacar ventaja de su superioridad, mostrándose sólido y seguro de sus fuerzas, y lo liquidó en el tramo inicial del complemento cuando Oriente trató de ser un poco más protagonista que en la parte inicial. El equipo de Tucho Antelo dejó algunos espacios que la Academia aprovechó muy bien.
Joselito Vaca tuvo mayor libertad en el sector izquierdo y terminó haciendo daño. Sus arremetidas de afuera hacia adentro, con un buen perfil para rematar al arco de Galarza, desequilibrar a pura gambeta o enviar un pase a sus compañeros le dieron a Blooming la posibilidad del golpe de gracia.
El propio Joselito definió con categoría en una jugada de contragolpe y luego fue víctima de la falta que dio lugar al tiro libre ejecutado y convertido por Gómez. Vaca pudo ampliar el marcador en una jugada similar a la de su gol, pero su remate dio en el poste.
Blooming, a diferencia del clásico de ida en este Clausura, tuvo "punch", o sea, poder de definición, el golpe que lastima, que duele y del cual es difícil recuperarse. En definitiva, jugó mejor y tuvo gol. Por eso, el clásico fue suyo de principio a fin.

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