viernes, 23 de noviembre de 2012

CLÁSICOS SON CLÁSICOS

Bloo los clsicos
Blooming vs Oriente. ¿Cuantos clásicos van? Ciento cincuenta y nueve, se jugará el número ciento sesenta de la historia de este duelo entre cruceños. De la era liguera, vale aclarar. Porque el fútbol camba no nació con la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, sino mucho antes, y los clásicos también, por supuesto.
No es que todo tiempo pasado sea mejor, pero los clásicos han perdido un poco de la chispa que les sobraba antes. El tema de conversación giraba en torno al juego en sí, en quién era mejor que el otro, quién jugaba mejor, la pica entre algunos que calentaba los partidos.
Por decir, si Dedé, Toninho y Jesús eran mejores que Edson, Capú y Luisinho; si Ladislao Jiménez era más arquero que el Flaco Frey, Si Lalo Huguenet sería capaz de darle a Blooming lo que le daba el maestro Chichi Romero a Oriente; o para quién hicieron más goles Tucho Antelo o la Bruja Baldessari; si Carlos Da Silva o Juan Carlos Sánchez era más verdugo, etc, etc.
O la mejor de las polémicas que tuvo el clásico, aquella protagonizada por Tucho Antelo y Leo Fernández, antes, durante y después de los partidos.
Hoy, se puede decir que ambos llegan bien, o, mejor dicho, mejor que hace unas semanas.
Los albiverdes están un tanto recuperados de una crisis de resultados que pusieron en la cuerda floja a Erwin Sánchez y pasó al olvido con un par de victorias. Los celestes con su seguidilla de victorias como local que lo erigieron como el mejor de los anfitriones.
Sin embargo, ambos arrastran algunas malas costumbres de los últimos tiempos que empañan lo que tendría ser una fiesta del fútbol, uno a punto de entrar en paro por deudas impagas y el otro viendo fantasmas donde no los hay.
Blooming tiene como elemento perturbador el tema de los sueldos atrasados, que resurge cada vez que tiene una cita importante. Los jugadores aprovechan el momento para llamar la atención y poner en jaque a los dirigentes, que, por su parte, se ven en figurillas para cumplir porque no tienen de dónde sacar plata para pagar.
La preocupación de los jugadores y el incumplimiento de los dirigentes es una bomba de tiempo en un momento clave, crucial para la academia, que, justamente, tiene la chance de pelear por otro momento de gloria, sino de lograr recursos para sus arcas vacías, es decir, mantenerse en lucha por el primer lugar y por un sitio en la Copa Libertadores de América.
A Oriente le juega en contra sentirse víctima de manos negras que quieren hacerle daño y conspiran en su contra, como si la cantidad de resultados negativos, en especial de local, no fueran suficiente prueba de que el problema está en casa y no en el vecindario. Acá no hay patito feo al que nadie lo quiere ni caballo del corregidor que sea favorecido para ganar partidos.
Los árbitros, uno de los supuestos causantes de sus males, no tienen nada que ver con que Oriente haya convertido tan pocos goles en condición de local. Es uno de los equipos que menos goles ha anotado en el torneo, por si acaso (19 en 17 partidos). El problema, en realidad, radica en la generación de juego y en la definición.
Decir que cualquiera puede ganar no es una novedad ni un descubrimiento. Oriente, creo, puede hacer suyo el clásico si controla el mediocampo, que es uno de los puntos flacos de la academia. Blooming, por su parte, lo ganará si marca mejor en el medio y mantiene su contundencia.
Al fin y al cabo, clásicos son clásicos. Esperemos que esté a la altura dela historia.

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