El Tigre se jugó una de esas vidas en la última acción del partido, y con un testazo letal liquidó al famoso Santos, último campeón del certamen sudcontinental, que lo había tenido a maltraer con el fútbol punzante su estrella Neymar.
Ramallo, hijo de tigre como no podía ser de otra manera, heredero de William, el otrora goleador nacional, se encargó de darle esperanzas a su equipo en esta copa, con su aparición sorpresiva, fantasmal, en el último minuto.
El joven delantero apareció solo, detrás de todos, de compañeros y rivales, para meter el cabezazo tras el córner enviado por Escobar en el último minuto de juego.
Santos se había adelantado marcador (igualó el paraguayo Cristaldo), tuvo chances para ganar, Neymar por lo menos tres, no las aprovechó y se fue sufriendo por la derrota inesperada.
The Strongest ganó sufriendo, aunque había hecho méritos para llevarse algo más que un empate. A lo tigre, dicen algunos, orgullosos de su mítica garra.
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