jueves, 9 de febrero de 2012

ESTA VEZ FUE DOCTOR JEKYLL

jugadBlooming es toda una novela. Partido tras partido nos ofrece capítulos distintos, con rasgos de personalidad (futbolística) diferentes. Una especie del extraño doctor Jekyll que se transforma en míster Heyde, el personaje de dos personalidades, que encarna el bien y el mal, protagonista del famoso libro.
En este caso, Blooming estaba obligado al cambio y cambió para bien. Anoche mostró el lado bueno, totalmente diferente al equipo repudiado, en su versión míster Heyde, que cayó el domingo ante Bolívar, y se impuso con todos los merecimientos a Guabirá.
Vaya uno a saber por qué, pero la academia lució muy distinta. ¿Fue Malvestiti o fueron los jugadores los artífices del cambio? Quizás ambos, no importa, lo cierto es que algo funcionaba mal y fue corregido, para satisfacción de los celestes.
Blooming cambió la manera de encarar las cosas. Esta vez fue un grupo entusiasta, comprometido, con convicción, con dinámica y variantes a la hora de atacar. Jugó con muchas ganas y, se podría decir, con alegría, como debe ser, ya que el fútbol, al fin y al cabo, es un juego.
Además tuvo paciencia para llegar al gol, porque debió trabajar bastante para superar a la expeditiva defensa de Guabirá, que se prodigó para mantener el cero en el primer tiempo y lo logró, con un poco de fortuna. En el primer tiempo jugó muy bien y en el segundo bajó un poco la intensidad del juego pero llegó al gol.
Alguien cambió algún chip en varios jugadores, porque Blooming no se pareció en nada con aquel que se desmoronó temprano en La Paz. Fue un equipo parejo en su rendimiento, y la mayoría sacó una buena nota en esta ocasión.
Galarza no se equivocó; Ortiz estuvo atento en la marca; el uruguayo Díaz ejerció un liderazgo que le hacía falta a la zaga actuando con decisión; Candia fue el más irregular; Verduguez se mostró seguro y dinámico; Valdés fue más ordenado y criterioso; Chávez se mostró diligente y servicial; Sánchez hizo prevalecer su habilidad; y Boyero demostró lo importante que es para este equipo. Sacripanti se esforzó pero sigue en deuda. Vazzoler ingresó con los goles en el bolsillo. Gestó el primero, de Boyero, y anotó el segundo.
Párrafo aparte para el juvenil Alexis Carrasco (foto), que con sus 16 años no se amilanó, mostró personalidad y condiciones como acompañante de Boyero. La media tijera fallida y la habilitación de taco para Sacripanti fueron un par de botones de muestra de su interesante repertorio. Estuvo cerca del gol, que, según dicen, es uno de sus puntos fuertes.
Buen triunfo de Blooming. Impuso su juego y superó totalmente a Guabirá, que, por su parte, casi se acercó con poco riesgo al arco de Galarza.
Cambió y ganó. Esta vez fue el creativo doctor Jekyll que se impuso al malvado míster Heyde. El tiempo dirá cuál de los personajes se apodera definitivamente de su alma.

* Foto diario El Día.

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