¿Cuál es el verdadero Bolívar? ¿El que sorprendió gratamente igualando con Universidad Católica por la Copa Libertadores de América? ¿El que logró sendos empates de visitante frente a Aurora y Guabirá? ¿El que vapuleó a Blooming? ¿O el que estuvo a punto de perder con Real Potosí en el Hernando Siles y finalmente rescató un punto?El jueves, Real Potosí puso al desnudo sus viejas falencias, aquellas que parecían cosas del pasado, especialmente después de verlo actual ante la Católica, tan dinámico, agresivo, sólido y seguro de sí mismo.
Sin embargo, ante los potosinos vimos “al viejo Bolívar”, aquel que queda expuesto en los contragolpes, al de la defensa inestable, al que le cuesta generar juego ofensivo y que siempre está supeditado a lo que haga el uruguayo Ferreira.
Real Potosí lo tuvo a maltraer, le jugó de igual a igual, lo atacó, le generó situaciones de gol, le manejó la pelota, le jugó con inteligencia y picardía. El cuadro lila debió ganar, no lo logró porque falló muchos goles.
El argentino Brítez aprovechó una de las muchas chances que tuvo para poner al visitante en ventaja. Igualó Ferreira (¿quién otro?). Pol, a los 88, logró lo que parecía ser el triunfo potosino, sin embargo, a los 93, el Negro Castillo empujó al gol una pelota que le dejó servida en bandeja…Ferreira. 2 a 2.
A Bolívar, al parecer, empezó a afectarlo el mal de Copa, aquel que generan los viajes constantes, la necesidad de mixturar el equipo y el hecho de pensar en varias cosas a la vez.
El tiempo dirá cuál es el verdadero Bolívar, si aquel que deslumbró ante la Católica o este que tuvo que rezar para empatarle a Real Potosí.
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