Blooming repitió una mala costumbre, la de estropear de entrada sus sueños de temporada. Ayer aniquiló entusiasmos con un pobre empate ante Real Mamoré.Lo poco bueno que había mostrado en el debut dio paso a una gran cantidad de desaciertos que le impidieron dar vuelta un partido que se le complicó de entrada.
Blooming sufrió por la falta de claridad y generación de juego en el mediocampo y también por la carencia de variantes ofensivas. Fue un equipo repetido, sin sorpres ni profundidad, a la hora de atacar.
Mamoré encontró el gol en un cabezazo del argentino Belmonte, tras un tiro de esquina en el que toda la defensa y el arquero de Blooming se quedaron como postes en el área.
Vazzoler y Sánchez fracasaron en su intento de conducir a la academia. Ambos cayeron en la intrascendencia y Blooming lo sintió, no tuvo alternativas para generar juego. Chávez, que no termina de encontarar su lugar en la cancha, tampoco aportó demasiado.
Lo mismo pasó con Sacripanti, Oscar Díaz, Boyero y Navarro en el ataque. Fueron bien controlados por una defensa expeditiva y llena de artimañas.
Blooming padeció estos males y la falta de personalidad de un árbitro que permitió la constante pérdida de tiempo y la teatralización de los jugadores de Mamoré para cortar el juego.
Los benianos se quedaron con diez por la expulsión del argentino Gaitán, siempre al borde del escándalo, al recibir dos tarjetas amarillas, una por golpear y otra por entrar y salir de la cancha sin autorización.
El empate cayó casi de milagro. Un remate de Chávez se desvió en Baroni y terminó en gol. Después no tuvo la lucidez para llegar al triunfo.
Esta vez, Blooming dejó muchas dudas y la certeza de que así, como jugó anoche, va a sufrir mucho.
* Foto diario El Día.
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