domingo, 5 de diciembre de 2010

VOLVER A EMPEZAR

En el fútbol, el descenso está emparentado con fin del mundo o con una desgracia familiar. No hay cosa más amarga para un hincha que su equipo pierda la categoría. Con el tiempo, repuestas la cordura, la sensatez y la tranquilidad, este hecho aciago, toma una dimensión real. Se convierte en una tristeza que tiene fin a corto, mediano o largo plazo.
En Wilstermann están viviendo algo de todo esto, seguramente. Algunos buscan, desesperados, la manera de evitar que ocurra lo inevitable, de impedir que su querido club deje el sitial que ocupó en forma tan digna y orgullosa toda la vida.
Creo que a cualquier futbolero le entristece que Wilster atraviese este mal momento, por todo lo que representa para el fútbol boliviano. Recuerdo que incluso uno terminaba teniéndole simpatía por los grandes jugadores que siempre contaba en sus filas. Personalmente envidié (sanamente, ojo) y admiré, primero, aquella formación de la Copa Libertadores de 1973, con Issa (Bilbao), Pérez, Olivera, Ponce, Cabrera Bucet; Vargas, Bravo y Milton Teodoro Joana; el chapaco Juan Carlos Sánchez, Limberg Cabrera Rivero y Gangas; después, aquel equipo del 81 con el Huracán Jairzinho, Gastón Taborga, el Ruso Navarro, Villalón, entre otros. Por citar un par de casos, ya que al respecto hay varios ejemplos en su historia.
Pero el fútbol es así. Por lo general, el que hace mejor las cosas, termina siendo campeón, y aquel que no las hizo bien, acaba perdiendo la categoría. Algo sucedió en los últimos dos o tres años en Wilstermann que afectó su solidez institucional, a tal punto, que ni un sorpresivo título a mitad de año pudo evitar la hecatombe futbolera.

Un hincha del cuadro aviador, resignado y aferrado a un consuelo, válido, creo, me decía que muchos grandes equipos tuvieron su Waterloo alguna vez: ¡hasta la Juve descendió! Sí, es así, Juventus y Milan, en Italia; Atlético de Madrid, en España; Racing y San Lorenzo, en Argentina; Bolívar, San José y Blooming, en Bolivia. Todos descendieron alguna vez y volvieron para ser campeones.
El descenso genera una gran tristeza y toca el orgullo, pero no consigue que se pierdan la estirpe ni el abolengo, ganados con esfuerzo, amor propio, goles, conseguidos en muchos años de trayectoria. Lo importante es no extraviar el rumbo, elegir las personas correctas para comandar la operación retorno y que la misma tenga bases sólidas pensando siempre en un futuro mejor.

* Foto Los Tiempos: Taborga, Jota Jota Jiménez, Tutula Alcócer, Ausberto García, Jairzinho e Issa. Cracks de distintas épocas juntos.

1 comentario:

carla mercado dijo...

Hola!!!
vi todo tu blog y felicitarte por todo el buen trabajo que realizas, en verdad es una muy buena fuente de información sobre nuestros equipos.
felicitaciones nuevamente