The Strongest se hizo fuerte en La Paz y cambió la historia de frustraciones nacionales por una alegría, al clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
El Tigre hizo notar que Atlético Paranaense no es la mejor expresión del fútbol brasileño, al contrario, y le ganó el partido que no podía perder, ni siquiera empatar, para continuar en carrera, rompiendo un malefició de veinte años.
Eduardo Villegas tiene mucho que ver en este reconfortante logro que llegó en el momento justo, cuando celebraba su cumpleaños número 106, como para agradecer el apoyo incondicional de sus hinchas que llenaron el estadio Hernando Siles.
El entrenador lo armó con paciencia este equipo, sin recurrir a grandes gastos, dando oportunidad a muchos jóvenes, confiando en ellos y apuntalándolos con el vital aporte de dos veteranos que encarnan la mística atigrada: Pablo Daniel Escobar y Daniel Vaca.
Villegas creyó en chicos como Wayar, Castro (una verdadera revelación), Soliz, Chumacero, Bejarano y Chávez, que le respondieron sin complejos en partidos claves de esta Copa.
Le dio un norte a su equipo y juegue quien juegue mantiene una línea, una manera de jugar muy práctica, hasta utilitaria, en el que cada jugador desarrolla su potencial con confianza y seguridad.
Villegas les transmitió eso, confianza y seguridad, se nota, y eso ayuda a mantener una regularidad que distingue y hace fuerte a este The Strongest que avanza en la Copa y pelea por el título en el torneo Clausura.
Ayer fue Nelvin Soliz el héroe por su participación en los goles, pero también fue importante el resto, sosteniendo un partido que manejó casi siempre.
The Strongest se hizo fuerte en casa, como deber ser, y festejó el día de su cumpleaños. Bien merecido lo tiene.
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