domingo, 14 de enero de 2018

EL MISMO BLOOMING

Blooming no puede cambiar su suerte institucional y arrancó el año con los mismos problemas con que finalizó la temporada pasada, deudas pendientes con sus jugadores que truncan un buen inicio para afrontar el 2018.
La eterna iliquidez de un club que no logra encontrar solución a una situación que lo tiene en permanente crisis, debido al arrastre de un importante pasivo que fueron acumulando anteriores gestiones y que tiene en jaque al actual directorio.
Blooming no tiene paz debido a este problema que se agrava porque los resultados deportivos no lo ayudan a encontrar los recursos necesarios para empezar a salir del pozo, y no logra esos buenos resultados porque la falta de recursos le impide contar con un equipo más fuerte que lo ayuden a despegar.
La Copa Libertadores era una especie de salvavidas para empezar a cambiar su suerte, sin embargo, el equipo celeste aflojó en la recta final y terminó conformándose con una plaza en la Copa Sudamericana, que aporta el 20 por ciento de lo que se gana si se clasifica a la fase de grupos del principal torneo sudamericano.
Blooming arrancó la segunda rueda con posibilidades de pelear el título y llegar a la zona de grupos de la Libertadores, sin embargo, en las once fechas solo ganó 3 partidos y empató 6, los dos restantes los perdió (ante The Strongest y Bolívar). Necesitaba ganar y apenas pudo empatar por su notoria falta de efectividad.
El pobre final afecta a este mal inicio. Los jugadores demoraron el arranque de la pretemporada reclamando sueldos adeudados. Después de una nueva promesa de pago, aceptaron empezar los entrenamientos.
Pese a su eterna crisis, Blooming hizo un retoque a su plantel. Anunció como refuerzos al franco argentino Hugo Bargas, al uruguayo Cristian Latorre y al argentino Gustavo Britos. También retorno Paúl Arano. Se fueron Maximiliano Ortiz, Edwin Rivera, el ecuatoriano Corozo y el argentino Quintana.
El costarricense Jeaustin Campos le dio solidez defensiva pero le mermó potencial ofensivo. Su desafío es potenciar fortalezas y corregir defectos, en realidad, mantener la firmeza en defensa y lograr contundencia ofensiva.
Aunque el principal rival que tiene Blooming es su crisis económica. Si los dirigentes lograr poner fin a sus permanentes incumplimientos salariales, tiene posibilidades de mejorar lo hecho en el segundo torneo de 2017.
En cuanto a objetivos, seguramente la apuesta para este año será la misma de siempre, clasificar a la Copa Libertadores de América, ya que es la única alternativa concreta para recaudar el dinero que le permia poner fin a su angustiante situación.


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