
Oriente consiguió siete empates en el torneo Apertura, cinco de ellos como local, lo que representa la pérdida de diez puntos, una suma alarmante si tenemos en cuenta que se le escaparon en una sola rueda.
Ayer, tuvo un buen primer tiempo, con mucha dinámica y movilidad, y avidez ofensiva. Superó a Wilster en el mediocampo y a partir de ahí impuso su juego.
El gol llegó temprano, a los 16 minutos, en una buena definición del argentino Carando. Después siguió el dominio albiverde aunque terminó siendo estéril porque Peña no gravita como antes y Carando aparece muy poco.
Wilstermann funcionó mejor en el complemento, arriesgó más y tuvo su premio a diez minutos del final. El yungueño Andaveris aprovechó un descontrol defensivo y logró la igualdad.
Después, lo de siempre, la urgencia, la desesperación, la ansiedad, el nerviosismo y la impotencia de los jugadores, sumado a la decepción, malhumor e impaciencia de los hinchas.
Oriente continúa en deuda como local. Cada fecha hay promesa de triunfo, aunque, está visto, que le cuesta cumplir. Hasta el jueves, cuando reciba a Aurora.
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