Oriente tuvo en Nacho García un pulmotor que lo ayudó mantenerse en pie en la brega sin desfallecer, cuando el equipo corría el riesgo de caerse.
Con su despliegue y voluntad, a veces con pierna fuerte, Oriente pudo con Blooming y se quedó con la victoria en el clásico cruceño. Nacho se encargó de apuntalar una estructura endeble a la que Tito Pompei todavía no consigue darle firmeza.
Luego se ubica el colorado Miguel Hoyos, que le aportó experiencia, pero sobre todo por haber estado en el lugar indicado un par de veces y romper la paridad.
Después aparece la figura de Carlos Arias, que atajó un par de pelotas claves al franco-argentino Bargas, el peligroso atacante celeste.
El gato Zabala también cumplió una aceptable tarea en el sector derecho, pero lo más valorable es esa decisión de apoyar, de llegar al área rival. Esa determinación tuvo su premio: el segundo gol.
Darvin Bejarano, Brau y De Muner, no transmitieron confianza, al contrario, alternaron aciertos y errores constantemente.
Meleán y Dany Bejarano pasaron casi desapercibidos. Fueron opacados totalmente por García.
Vargas y Carando, poco y nada, ni siquiera lograron sacar ventaja cuando Blooming “se fue” del partido tras el 2-3
No hay comentarios:
Publicar un comentario