
Ayer, la selección nacional dejó el penúltimo lugar para ubicarse en el último, al caer ante la representación de Paraguay (0-5), provocando mayor desilusión que la venía generando, a causa de su negativa actitud dentro de la cancha, calificada por Azkargorta como “falta de intensidad”.
Lo que quiso decir el DT del seleccionado boliviano es que a su equipo le faltó algo de lo que carece casi siempre, temple, jerarquía, concentración, ambición, consistencia, prestancia y presencia, carácter, que en la tribuna se lo entiende de otra manera, antes se le decía “garra” y ahora se le dice “huevos”.
En realidad es como una alquimia, una mezcla, una sumatoria de cosas que se necesitan para afrontar desafíos, en este caso, un partido de fútbol, y que si un equipo no cuenta con ella, siempre será y parecerá más débil, fácil de derrotar, como le ocurre a Bolivia, por eso está donde está.
La selección boliviana, reflejo de nuestro fútbol, hastió con su reprochable manera de jugar, por eso, esta vez nadie salió a defenderla, ni su propio entrenador.
1 comentario:
Buen comentario pero hay un error, fue 0 a 4 no 0 a 5. Saludos
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