viernes, 22 de agosto de 2008

LA SELECCIÓN Y LA GENTE

El público cruceño no le dio la espalda a la Selección, al contrario, la apoyó, prueba de ello es que alrededor de quince mil espectadores asistieron al cotejo con el seleccionado panameño en el estadio Tahuichi Aguilera. Sin embargo, fue exigente, y ello no le gustó al entrenador boliviano Erwin Sánchez.
¿Quién tiene razón? Creo que la gente. El hincha es exitista, se sabe, muchas veces injusto, pero anoche tuvo motivos para expresar su disgusto por lo poco que ofreció el seleccionado nacional. El hecho de que un equipo no pueda hacer un par de pases seguidos, “reviente la pelota” seguido, la divida cada rato, saca de sus casillas a cualquiera. Y la Selección, el miércoles, generó más de una rabieta.
No se pide algo similar a Brasil 70 ni a Holanda 74, sino un poco más de estética, de ideas, de seguridad, de orden, de…fisonomía de equipo. Un onceno que ilusione en el intento de encontrar un rumbo que la encamine al éxito, que genere esperanza, que acabe con la cantaleta con sabor a excusa de que “esta es nuestra realidad”
Bolivia, que empezó este ciclo jugando “a algo”, ahora no está jugando “a nada”. Hubo un retroceso futbolístico, sin duda. ¿Cuál es la realidad, entonces? ¿La del inicio o la actual? La única realidad es que hay cosas por mejorar e insistir para empezar a acabar con los problemas
La gente, el hincha, que da y quita en la misma proporción, por eso va del elogio desmesurado a la crítica implacable, está cansada de cantaletas y procesos que se van agotando partido tras partido.
Los problemas de la Selección no son las canchas en mal estado, los públicos ingratos, ni el supuesto periodismo negativo, por lo tanto, si no se aparta la vista del árbol que tapa el bosque, no habrá solución a los males.
Con una Selección alegre, comprometida y un perfil definido, habrá un público contento, ideal. Hay que darle motivos para ello.

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