
Oriente se puso al frente en una jornada que se presentaba con grandes posibilidades para los albiverdes por el hecho de ser locales y la condición de visitante del entonces líder San José, que se presentaba ante otro aspirante a la corona, Aurora.
El hoy puntero no arrancó bien el partido ante Universitario, se fue al descanso en desventaja, pero tuvo la virtud de no entrar en la desesperación y en el segundo tiempo recompuso las cosas y sin mayor esfuerzo dio vuelta el marcador, hasta alcanzar el 3-1 definitivo.
Parecía estar convencido de que tarde o temprano llegaría el triunfo ante un rival venido a menos tras su buena actuación en la Copa Sudamericana, prueba de ello es que ocupa el último lugar de la tabla. Por eso mantuvo mantuvo la calma y consiguió su propósito sin gestos dramáticos.
La punta lo esperaba con los brazos abiertos tras la derrota por goleada de San José y hacia allá fue a paso firme. Hoy, Oriente se encuentra ahí, en esa especie de Olimpo, con un panorama y una perspectiva envidiables.
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