Un partido clásico, de esos que tienen de todo. Un golazo que valió el precio de la entrada, una polémica para discutir varios días, un par de yerros que nunca faltan, mucha voluntad y un estadio repleto como para ratificar la vigencia de este gran duelo cruceño.
Blooming y Oriente no pudieron vencerse en un estadio Tahuichi repleto de gente que disfrutó del partido y que se quedó con las ganas de festejar un triunfo, los celestes porque se les niega la victoria hace un tiempo y los albiverdes porque debían ganar para ser nuevamente punteros del torneo.
La chilena de Bargas fue lo mejor del clásico cruceño. El franco argentino encendió el partido con un golazo. De espaldas al arco, se acomodó, y elevó las piernas para sacar un remate inatajable para Arias. Todo plasticidad y elegancia.
Oriente reaccionó y apareció el argentino Carando para demostrar que por algo lo respalda Pompei. El centro atacante aprovechó una distracción defensiva celeste para lograr la igualdad.
La paridad en el marcador reflejaba lo que ocurría en el juego. Oriente con un predominio por mejor tarea de su mediocampo, pero Blooming siempre peligroso con Bargas arriba.
En el segundo tiempo, Boyero recordó que nunca duerme, y como en una anterior versión del clásico, sacó tajada de una demora en la salida albiverde. Presionó a De Muner, le robó la pelota y definió muy bien ante Arias.
Después vino la jugada de la polémica que acabó con el empate definitivo de Oriente. El árbitro no vio un empujón de Di Cosmo a Candia (¿no debió echar la pelota a la tribuna?), dio tiro de esquina y Hoyos logró el 2 a 2.
Pudo haber un ganador si estaban más finos en la definición, porque en los minutos finales hubo un par de chances más. El telón bajó y puso fin a un capítulo más de la clásica historia, esta vez sin vencedores ni vencidos.
1 comentario:
Aquí comenzó a despedirse del posible título orientito.
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