sábado, 13 de diciembre de 2008

DIRIGENTES VS HINCHAS

La sorpresiva decisión de los dirigentes de Blooming de ponerle fin al ciclo de Gustavo Quinteros, no cuenta con el apoyo de la hinchada celeste que, a través de diferentes medios, hizo su público su apoyo al entrenador.
Esta vez los papeles se invirtieron. Los hinchas tomaron los sinsabores del final de temporada como contingencias del juego, y fueron los dirigentes quienes se dejaron llevar por la adrenalina exitista y tomaron una determinación que no tiene una explicación coherente.
Caso raro el de Quinteros. A lo largo del año, los hinchas reconocieron su trabajo ovacionándolo al final de cada encuentro, incluso con resultados adversos. Una reacción poco común en un fútbol cada vez más desquiciado, donde es normal que el árbol tape el bosque, o sea que un gol a favor o en contra, un triunfo o una derrota, postergue a un segundo plano cosas importantes del juego.
Blooming, entonces, está dividido, por un lado los dirigentes y por otro los hinchas. La dirigencia hizo oídos sordos a la postura mayoritaria de la hinchada, prefirió nadar contra la corriente, y buscar un nuevo entrenador.
Una determinación arriesgada desde todo punto de vista. En el 2009 tendremos, seguramente, un ambiente tenso, con aficionados expectantes, poco tolerantes por no haber sido escuchados ni tomados en cuenta, mucho más exigentes con el nuevo director técnico, que, encima, tendrá nada menos que como presentación el clásico con Oriente Petrolero.
Blooming rompió la armonía interna, una paz valiosa conseguida con acciones coherentes que le valieron el elogio de propios y extraños. Asimismo, la dirigencia tiró por la borda un crédito casi ilimitado de su gente, que valoraba, justamente, la seriedad, la serenidad a la hora de las decisiones, y la recuperación del rumbo correcto.

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