
El estadio Tahuichi resultaba el escenario perfecto para el festín, sin embargo, fútbol es fútbol, decía, con razón, el yugoslavo Vujadin Voskov; o como repetía el vasco Azkargorta, en el fútbol, dos más dos, no siempre da cuatro. No existe una lógica y cualquier cosa puede suceder. Y así fue. El hincha albiverde lo sufrió en carne propia.
Oriente empezó como siempre, a toda orquesta, y se puso en ventaja rápido, con gol del paraguayo Cuéllar, pero poco a poco fueron desapareciendo los solistas, comenzó a desafinar y se acabó la orquesta. Real Potosí tomó la batuta del juego, con Gatti Ribeiro y Yacerote como directores, y terminó imponiendo el ritmo que quiso y le convenía.
No hubo quien ponga en orden en Oriente. Es como que nadie tiene a mano o aprendida de memoria la partitura que los guie. La inspiración les dura tan poco que noventa minutos le resultan demasiado.
* Foto El Deber
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