lunes, 8 de febrero de 2010

PITAZO FINAL

Marcelo Ortubé le dijo adiós al arbitraje, ayer. Después de 25 años recibiendo muchos elogios y algunos insultos, algo habitual en la vida de los árbitros, dicho sea de paso, el paceño colgó el pito.
Para muchos fue el mejor árbitro boliviano de todos los tiempos. Puede ser. Si no es así, pasa raspando. En todo caso, creo que disputaría el primer lugar con un pariente suyo, su tío Óscar Ortubé. Su padre, don Arturo, también fue un excelente árbitro.

Marcelo, a diferencia de su padre y su tío, y todos los árbitros bolivianos con excepción de Luis Barrancos (fue al Mundial de España 1982), logró
el sueño del pibe de todo sopla pitos: dirigir en un Mundial de Fútbol. Arbitró en Corea y Japón 2002 el partido entre Suecia y Nigeria, y lo hizo muy bien.
En sus veinticinco años de arbitraje, Ortubé también tuvo a su cargo partidos decisivos, muchas finales, y fue tomado en cuenta muchas veces en torneos internacionales.
En los últimos tiempos estaba cada vez más lejos de las jugadas a causa de su exceso de peso y empezó a convertirse en uno de esos árbitros que intentaban quedar bien con Dios y con el diablo. Por eso pienso que se va en un buen momento, así no empaña su trayectoria, y se despidió dirigiendo una final, como correspondía.
Creo que el mayor elogio que se le puede hacer a Marcelo Ortubé es que fue siempre una persona confiable, más allá de sus aciertos y errores, que los tuvo. Daba la impresión de ser un tipo neutral.

* Foto de worldreferee.com

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