El recién ascendido Sport Boys está puntero e invicto. Un comienzo de ensueño para los de Warnes, que miran desde arriba de la tabla de posiciones al resto.
No es para menos la euforia de sus seguidores y allegados, puesto que venció a dos grandes como Bolívar y Blooming, empató de visitante con Aurora, y por esa razón comparte el liderazgo con Wilstermann.
El domingo agrandó la hazaña inicial al superar con claridad al alicaído Blooming (del cual se nutrió con algunos jugadores y dirigentes…) en el Tahuichi Aguilera.
Las flores le empezaron a caer de todos los lados, de propios y extraños, empezando por su entrenador, el Chueco Malvestiti, y terminando por el DT rival, Copo Andrada, quien podría hasta ser despedido por esta derrota.
Todo es color de rosa y parece bien hecho, aunque el Bichi Fuertes haya pasado casi desapercibido y que Jaime Moreno hubiese debutado todavía lejos del estado ideal para jugar al fútbol profesional.
Si tomamos un poco de distancia y no nos dejamos llevar por la euforia, se puodría decir que Sport Boys arrancó bien pero como equipo no es para tanto, aún está en formación. El domingo hizo leña de un árbol caído como Blooming, al que cualquiera le puede ganar tal como está.
Curiosamente, esto que ocurre con Sport Boys, que el ascendido arranque con todo, no es nuevo en la Liga, ya pasó con Petrolero del Chaco y Nacional Potosí, que empezaron muy bien, incluso fueron líderes hasta el final de la primera rueda (los yacuibeños le ganaron a Bolívar en La Paz…) y luego la historia no tuvo un final feliz.
El desafío de Sport Boys es justamente ese, lograr una regularidad que le permita competir sin grandes altibajos para que esta historia que tiene un comienzo ideal tenga un final parecido.
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