Blooming necesitaba un triunfo como se necesita el agua para subsistir. Y llegó, para fortuna de todos quienes conforman la entidad celeste: jugadores, cuerpo técnico y dirigentes.
Si la academia no ganaba se le podía oscurecer más el panorama casi sombrío que vive desde hace un tiempo por la crisis institucional que generó el desfase económico provocado por anteriores gestiones.
Y ganó. A duras penas, pero ganó, y lo logró ante un rival que es un incordio futbolístico, Guabirá, el cuadro azucarero que había dado la nota en su retorno a la Liga hace un par de domingos al vencer al otro grande cruceño, Oriente.
Un penal discutible sancionado por el árbitro le dio la posibilidad a Blooming de lograr el primer triunfo desde que asumió Víctor Hugo Andrada. Gómez acertó y llegó la bocanada de aire fresco que le permitió respirar mejor y más tranquilo.
Andrada continúa con la doble misión de que su equipo logre una identidad de juego que le permita aspirar con menos angustia a los triunfos y sumar unidades para competir con ilusión y esperanza en el torneo.
A Copito, un buen ex jugador (técnico, criterioso, incansable) , curiosamente, le cuesta darle a sus equipos una fisonomía y personalidad definidas. Hoy vuelve a ser ese su desafío para mantenerse en el cargo.
Por lo menos, esta vez llegó el primer triunfo que le traje un poco de paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario