lunes, 20 de septiembre de 2010

DE MAL EN PEOR

Blooming se estrelló con su realidad futbolística. Si alguien le buscaba vueltas o excusas a su pobre rendimiento, seguramente se quedó sin argumentos tras la inapelable derrota que lo sumergió en una crisis de la que no le será fácil salir.
Ayer repitió las bajas actuaciones de las últimas semanas y cayó ante Aurora !por primera vez en su historia¡ en el Tahuichi Aguilera, bajando varios puestos en la tabla y provocando un notorio descontento en sus hinchas.

La Academia está pagando un alto precio por su inoperancia y falta de recursos a la hora de generar juego, por sus errores individuales y su desorientación colectiva, por su bajo volumen de juego y falta de variantes, por su carencia de entusiasmo y motivación, y su ausencia de mística.

Hoy por hoy, Blooming es un equipo sin respuestas a los problemas futbolísticos que se le presentan en un partido. No tiene a mano una solución táctica ni estratégica, individual ni colectiva, y tampoco cuenta con recursos anímicos que le permitan salir adelante apelando al amor propio. Se ahoga en un vaso de agua.

En las primeras fechas lo salvaron sus goleadores, Castillo primero, luego Sillero y Boyero después, pero al parecer cayeron en desagracia y ni ellos pueden darle una mano en este momento para disimular sus miserias futbolísticas y evitar la debacle.

Lo llamativo es que Blooming se vino abajo jugando de local, cuando era uno de los punteros del torneo Clausura y con el fixture favorable. Perdió ocho de los nueve puntos que disputó en las tres últimas fechas, dos al igualar con Real Potosí y seis tras sus caídas ante Oriente y Aurora.
Tenía la chance de sacar ventaja, sin embargo la dilapidó.
El propio Carlos Aragonés se muestra impotente, preocupado y fastidioso por todo ello. De ahí la reacción equivocada ante un reportero de Tv, que lo denunció por agresión, al final del encuentro
frente a los cochabambinos.
Ahora todo se le hizo cuesta arriba a Blooming, ya que tiene varias asignaturas pendientes difíciles de conseguir en un momento como este: jugar mejor, recuperar confianza, ganar de visitante.
Nada de eso compra en la botica de la esquina, y Carlos lo sabe muy bien.


* Foto El Día.

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